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Arquitectos: LEIVA arquitetura
- Área: 240 m²
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Fotografías:Lucas Frank

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Diseñada para una pareja que sueña con vivir su jubilación con un ritmo de vida más relajado, la casa Vista Alegre se destaca como el punto principal de un terreno de 4 hectáreas, que en el futuro contará con otras estructuras, como un huerto, áreas de esparcimiento, un deck sobre el lago, un gallinero y un invernadero, todo ya previsto en el proyecto del territorio, para que el sitio sea funcional y productivo.

Se eligió el nombre "Vista Alegre" porque es el nombre de la calle donde la pareja se conoció, lo que ya nos dice mucho sobre el tipo de trabajo realizado en el lugar: todo fue pensado con mucho mimo. La casa fue diseñada para construirse en dos fases: la primera, como casa de fin de semana, tal como está ahora; y la segunda, como vivienda permanente, que incluirá una ampliación con dos suites y lavandería.



En la casa Vista Alegre priorizamos una arquitectura práctica, económica, conectada con el entorno y con gran confort térmico. La estructura funciona como una retícula modulada de hormigón y ladrillo visto, dividida en dos sectores: Una franja estrecha, orientada al sur, donde se concentran los usos de servicio, como el tanque externo, la encimera de la cocina, el acceso, la encimera del área gourmet y la ducha de la piscina. Esta configuración centraliza la instalación hidráulica, haciéndola más económica.

El sector de uso social se desarrolla a partir del anterior, con su techo a la vista, donde se ubican las zonas de estar, todas orientadas al norte. Esto brinda confort térmico y aprovecha las mejores vistas, incluyendo el dormitorio de visitas, la sala, el comedor y el área gourmet.

Al estar en el sur de Brasil, donde las estaciones están bien delimitadas, los aleros que se extienden en la fachada norte son reducidos, permitiendo que el sol de invierno ilumine todo el interior de la casa, al tiempo que la protege del sol de verano. Una estrategia clave utilizada en este proyecto fue la decisión de no realizar movimientos topográficos, aprovechando el considerable desnivel del terreno para colocar la piscina suspendida, estratégicamente situada para ofrecer una vista privilegiada del atardecer y calentar pasivamente el agua. El espacio restante se destinó a un almacén de herramientas y equipos, optimizando la construcción y respetando el terreno. Las cerchas de madera a la vista y el techo a dos aguas siguen la pendiente del tejado, contrastando con la brutalidad del hormigón y los ladrillos vistos, así como con los detalles de azulejos y la elección del mobiliario. El resultado es una casa de bajo mantenimiento, con aire de granja, rústica y acogedora.
