
Pemba, una pequeña isla en Tanzania -ubicada frente a la costa Este de África-, está experimentando una especie de auge de la construcción. Con la mitad de la población menor de 30 años y una cultura en la que el hombre debe construir una casa antes de que pueda contraer matrimonio, una ola de nuevas viviendas informales está invadiendo la isla. Históricamente, los métodos de construcción utilizados por los isleños han sido problemáticos: la construcción tradicional en quincha típicamente sobrevive por sólo 5-7 años; su reemplazo, ladrillos hechos de coral, no sólo requieren grandes cantidades de energía para su extracción, sino que tiene un efecto devastador sobre el medio ambiente; y los ladrillos de cemento modernos deben importarse a precios altos.
















