
El agua es uno de los elementos no arquitectónicos que más se han utilizado para acompañar la arquitectura para armonizar las atmósferas y el habitar. Esto puede ser a travez de espejos de agua, piletas, fuentes o piscinas. En los climas tropicales se convierte en una herramienta que consolida el programa y convoca los espacios para que los usuarios compartan entorno a la piscina.





