Imagen generada con inteligencia artificial (DALL·E) por OpenAI. Cortesía de . Image Cortesía de Fabian Dejtiar
Para muchos hogares en América Latina, las cocinas y estufas a base de combustibles fósiles y biomasa, como el gas natural o la leña, son una opción económica y accesible. Sin embargo, estos artefactos plantean ciertos desafíos: son fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), contribuyen a la contaminación intradomiciliaria y evidencian la necesidad de políticas que promuevan una matriz energética residencial más limpia. Estos retos adquieren mayor urgencia al considerar que 2024 ha sido el año más caliente jamás registrado, con un aumento de 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales, impulsado por niveles récord de GEI derivados de actividades humanas, subrayando así la importancia de adoptar soluciones sostenibles en todos los sectores, incluido el residencial, a nivel mundial.
Hace 25 años, cuando nació en Suiza el estándar de construcción sostenible Minergie, diseñado para reducir el consumo energético y mejorar el confort en las edificaciones, era difícil prever que se convertiría en una de las certificaciones más demandadas del país: actualmente, ha llegado a tener una presencia considerable con más de 50.000 edificios certificados. También era difícil imaginar su futuro en la América Latina de hoy, ¿cómo podría un sistema desarrollado para las exigencias de un país responder a los requerimientos de otra región con tan diversa geografía y cultura?
Existen ciertos materiales que ofrecen múltiples formas de uso, y uno de ellos es la madera. Este material noble puede adoptar diversos roles: en la tectónica como elemento estructural, en los acabados como revestimiento de pisos, o incluso como elemento funcional y decorativo en forma de mobiliario. Dependiendo de su aplicación, la madera adquiere una narrativa distinta. En el diseño de fachadas, su integración otorga un carácter particular, ya que, además de contribuir a la identidad y estética del edificio, también desempeña un papel crucial en su funcionalidad.
Cuando hablamos de fachadas y madera, las celosías y el patrón de palillaje son elementos recurrentes. A través de este concepto —en contraste con los sistemas modulares— se pueden crear combinaciones personalizables para cada proyecto, lo que transmite una belleza artesanal única, según el diseño pensado para su uso. Además, la madera ofrece características destacables en términos de sostenibilidad, control solar, resistencia al clima y eficiencia energética. En conjunto, estas cualidades permiten que la fachada funcione como una interfaz dinámica entre el interior y el exterior, mediando también entre la luz y la sombra, así como las vistas.
https://www.archdaily.cl/cl/1019449/la-belleza-artesanal-del-palillaje-resistencia-estetica-y-control-solar-en-fachadasEnrique Tovar
El compromiso global con las emisiones netas cero y la mitigación del cambio climático plantea un desafío monumental para la construcción - un sector que actualmente genera casi el 40% de las emisiones mundiales de CO₂, y cuya cifra se espera siga en aumento. Adoptar prácticas sostenibles es crucial para mejorar las condiciones ambientales, y entre los objetivos principales se encuentran optimizar el confort térmico y reducir el consumo energético en las edificaciones. ¿Cómo podemos lograrlo si no es a través del aprendizaje conjunto y el intercambio de conocimientos entre distintos profesionales y trabajadores del sector?
Kéré Architecture ha revelado el diseño de una guardería vertical en la Universidad Técnica de Múnich (TUM) en Alemania. El centro, denominado "Ingeborg Pohl Kinderoase an der TUM", se construirá en madera según lo permitido por las normas y reglamentos locales en materia de eficiencia energética, confort térmico, protección contra incendios y acústica. El nuevo edificio, ubicado entre el campus principal de la TUM y el comedor universitario, comenzó a construirse el 18 de abril y se espera que esté terminado para fines de 2025.
El papel principal de la arquitectura es crear estructuras que nos protejan del medio ambiente y, a su vez, espacios seguros y cómodos para todo tipo de necesidades y actividades. Al proporcionar refugio, la arquitectura también moldea la forma en que las personas interactúan con su entorno. Sin embargo, las tecnologías de construcción del pasado rara vez lograron crear una separación completa entre nosotros y el mundo exterior.
Si bien la impermeabilidad era un resultado deseado, los materiales de construcción porosos disponibles siempre permitían que algo de agua, viento o partículas externas se filtraran a los espacios interiores. Por el contrario, las tecnologías modernas ahora permiten envolventes de edificios casi completamente impermeables, generando una separación completa entre el interior y el exterior, y confiando así en sistemas de ingeniería para regular la temperatura, el flujo de aire o la humedad. Este artículo explora las diferencias entre estos dos enfoques contrastantes, indagando cómo se equipan las fachadas de los edificios para regular el confort interior y su impacto ambiental.
Fachadas solares en el Hospital Bornholm. Imagen cortesía de SolarLab
La degradación ambiental ha puesto de manifiesto la necesidad de nuevas fuentes de energía. Un cambio en las fuentes de energía requiere medios innovadores de almacenamiento de energía. Durante siglos, los edificios han demostrado ser capaces de almacenar personas, objetos y sistemas, lo que invita a reflexionar sobre su potencial sin explotar para almacenar grandes cantidades de energía de manera eficiente. En esta nueva era, ¿pueden los edificios ir más allá de ser estructuras funcionales para convertirse en posibles reservas de energía?
COP28, o la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023, se llevó a cabo en Dubai del 30 de noviembre al 13 de diciembre. La reunión anual reúne a representantes de 198 países, así como líderes de la industria, para discutir y establecer estrategias para limitar la magnitud del cambio climático y sus efectos adversos. El objetivo final de estas reuniones es encontrar formas de limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados Celsius en comparación con los tiempos preindustriales. En este momento, el aumento de la temperatura global ya está en 1,2 grados Celsius. Dado que la industria de la construcción en su conjunto representa el 39% de las emisiones globales, los arquitectos y planificadores tienen un interés compartido en los resultados de esta cumbre internacional. Sigue leyendo para descubrir algunos de los puntos clave de la COP28.
Si los últimos años fueron una perfecta ocasión para reflexionar y debatir sobre el bienestar, la digitalización y la democratización en el diseño arquitectónico, este 2023 fue una tremenda oportunidad para profundizar y comentar sobre otros de los temas más urgentes: La crisis climática y el entorno natural han ingresado definitivamente a la agenda global de la arquitectura y la construcción junto a la circularidad, la eficiencia energética y la descarbonización. Es hora de dialogar al respecto para edificar conscientemente.
Revisando el futuro de la madera, el agua y la iluminación, en cada uno de los tópicos relacionados que ArchDaily desarrolló mes a mes, realizamos una pregunta abierta para que ustedes -nuestros queridos lectores- se sumaran activamente con el aporte de sus experiencias y conocimientos. Luego de ir leyendo y recopilando una inmensa cantidad de mensajes recibidos, tanto de profesionales de la construcción, como de estudiantes y apasionados de la arquitectura, es turno de presentarte un resumen de las principales posturas. ¡Muchas gracias por sus opiniones y esperamos sus comentarios para el 2024!
¿Cómo es posible reducir el consumo energético de nuestras viviendas? ¿Qué estrategias a nivel proyectual, material y/o tecnológico pueden desarrollarse para lograr el confort interior y a la vez combatir la crisis climática? Si bien alcanzar la eficiencia energética depende, entre otros factores, del estado de las viviendas, existen diversas estrategias en torno a la implementación de energías renovables, tecnologías de climatización y demás que se pueden aplicar teniendo en cuenta las políticas gubernamentales, leyes, regulaciones y normas de cada región en particular.
Entre paneles y conferencias de Clara Camarasa, Nicola Borregaard, Laura Chapa, Paola Valencia, Iván Osuna, Juan Carlos Vega, Angélica Ospina y Diego Velandia, se fueron decantando cinco aprendizajes principales que funcionan como lecciones: desde generar más relevancia y cálculos energéticos hasta el desarrollo de la industria de la madera - y de las certificaciones.
El mundo acaba de presenciar los meses más calurosos de la historia registrada, y las perspectivas están lejos de ser optimistas. Las temperaturas en aumento están generando una mayor demanda de refrigeración, lo que amenaza con desencadenar un ciclo vicioso de mayor consumo de electricidad y emisiones de carbono. En un planeta que enfrenta simultáneamente una urbanización sin precedentes y una crisis climática, la intersección entre la eficiencia energética de los edificios y las tecnologías de refrigeración nunca ha sido más crucial.
¿Cómo creamos edificios que utilicen la energía de manera eficiente? Tradicionalmente, los esfuerzos para volverse más ecológicos en el entorno construido se han centrado en la infraestructura física, a menudo pasando por alto las relaciones entre las personas y el espacio. La aparición de la era tecnológica ha dado lugar a los "edificios inteligentes" que utilizan el aprendizaje automático y la automatización. Estas estructuras innovadoras están diseñadas para funcionar con una eficiencia energética impresionante pero, sin embargo, se encuentran en gran medida desconectadas de sus ocupantes. ¿Y si los edificios pudieran volverse más inteligentes y sostenibles al interactuar con sus habitantes?
¿Cómo puede un edificio ser más eficiente? Esta es una inquietud que los arquitectos enfrentan a diario, respondiendo a las demandas de una industria cada vez más consciente de su impacto ambiental. Hoy más que nunca, el foco está en diseñar edificios que integren la sostenibilidad, la eficiencia y el confort térmico como pilares fundamentales en la búsqueda de un entorno construido más saludable.
Tener una buena estrategia de control solar es crucial para conseguir una arquitectura más eficiente especialmente cuando, además de ofrecer protección solar y generar un ahorro económico, también se generan ventajas en términos estéticos, acústicos, de confort térmico, durabilidad y mantenimiento.
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‘Proyecto Tamango’ de Tallwood Architects, un ejemplo de los desafíos y oportunidades de la construcción en madera en Chile. Image Cortesía de Tallwood
La reciente llegada de la certificación Minergie a Chile está a cargo de la supervisión de EBP Chile. Esto incluye la formación de profesionales chilenos para este estándar suizo de edificaciones de bajo consumo de energía como la reciente otorgación de la certificación provisional a la Casa Covarrubias Hernández en Lliu Lliu, Limache, diseñada por Murillo+Toro Arquitectos, y el Edificio Burgos Net Zero desarrollado por Cristián Izquierdo junto a Tecton Inmobiliaria.
https://www.archdaily.cl/cl/1008662/la-certificacion-suiza-para-edificios-sustentables-minergie-avanza-en-chile-a-traves-de-4-proyectosArchDaily Team
Centro de Ciencias de la Computación y Datos de la Universidad de Boston / KPMB Architects + Suffolk. Imagen de cortesía por KPMB Architects
La descarbonización del sector de la construcción ya no es una elección sino una necesidad. A medida que las naciones se esfuerzan por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050, cada vez está más claro que las normas de construcción actuales no son suficientes para impulsar un cambio tangible. Lograr los objetivos climáticos requiere que las economías defiendan medidas que impulsen la neutralidad de carbono al mismo tiempo que gestionen los costos asociados de manera efectiva. ¿Cómo afectarían las estrategias de rendimiento de emisiones netas cero, los costos de la construcción?
Renovación de pared para el ahorro de energía. Aislamiento térmico de la pared exterior con lana mineral, edificio en construcción. Imagen a través de Shutterstock / brizmaker
Los sectores de la construcción y los edificios son actores clave en la lucha contra el cambio climático. Juntos, son responsables del 30% del consumo final de energía global y el 27% de las emisiones totales de CO2 del sector energético. Además, la demanda de energía de los edificios y la construcción continúa aumentando, impulsada por un mejor acceso a la energía en los países en desarrollo, la creciente necesidad de aire acondicionado, una mayor propiedad y uso de electrodomésticos que consumen energía, y un rápido crecimiento en el área global de los pisos urbanos. Sin políticas específicas, la energía utilizada en los edificios podría aumentar hasta un 70% en 2050.