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Arquitectos: EFEEME arquitectos
- Área : 81 m²
- Año : 2020
En arquitectura, los desniveles internos muchas veces son consecuencia directa de las condiciones topográficas del terreno. En este caso, los espacios interiores –y sus múltiples desniveles- son el reflejo de las estrategias de diseño adoptadas para permitir que los edificios se amolden a las diferencias de altura del suelo –es común, por ejemplo, encontrar proyectos escalonados en lotes con fuertes pendientes, montes o acantilados-. Además de este primer condicionante, la incorporación de desfasajes y desniveles en los interiores también puede adquirir un carácter funcional, permitiendo segmentar los espacios de manera virtual, cortando el plano horizontal a través de medios niveles más altos o semienterrados –así, por ejemplo, un espacio que se ha rehundido o elevado 50 cm respecto a su contiguo, aparece como un sector diferenciado sin necesidad de incorporar muros u otros cerramientos-.
Si bien en los últimos años las peluquerías y barberías comenzaron a incorporar diferentes actividades, ¿será solo la variación de los espejos y las sillas lo que remarca las diferentes experiencias entre estos establecimientos?
Diversos arquitectos se han encargado de proponer alternativas para abordar no solo una configuración eficiente sino la estética interior de estos espacios, que no es fácil cuando contamos con pocos metros cuadrados y requerimientos de equipamientos imprescindibles.
Entre los proyectos publicados en ArchDaily, encontramos 10 ejemplos de diseño que se explican a través de sus plantas y secciones. Conócelos a continuación.
En los proyectos de vivienda colectiva, apartamentos y conjuntos residenciales, las intenciones proyectuales respecto a las espacialidades o las atmósferas suelen concentrarse en los espacios donde los habitantes pasan la mayor parte de su tiempo: el interior de las unidades de viviendas y, de haberlo, los sectores de uso común –gimnasios, salones de usos múltiples, etc-. Los espacios de circulación, en cambio, son tomados como “zonas de paso”, por lo que muchas veces terminan respondiendo más a cuestiones funcionales que espaciales.
Ciudades de todo el mundo están desarrollando planes de acción integrales para crear una respuesta coordinada a los desafíos del cambio climático. Los objetivos y metas para las emisiones basadas en el consumo son importantes para guiar la planificación estratégica y la toma de decisiones, mejorar la rendición de cuentas y comunicar la dirección del viaje a las empresas y al público. Los funcionarios de los gobiernos nacionales y regionales están trabajando con el sector privado, las organizaciones internacionales y la sociedad civil para generar cambios en todos los niveles, desde intervenciones estructurales en cadenas de suministro e industrias hasta elecciones individuales. Esto demuestra una comprensión cada vez mayor del papel de las ciudades en la mitigación de los efectos adversos del aumento de las temperaturas.