
El cáñamo es uno de los cultivos más antiguos domesticados por el ser humano. Con su amplia variedad de usos y aplicaciones, es fácil entender por qué ha sido un producto atractivo a lo largo de la historia. Las semillas y flores de cáñamo se utilizan en alimentos saludables, medicinas y productos de belleza orgánicos, mientras que las fibras y tallos de la planta de cáñamo se utilizan para fabricar ropa, papel y biocombustible. Hoy en día, incluso un producto de desecho del procesamiento de la fibra de cáñamo, las llamadas astillas de cáñamo, se utiliza para crear materiales de construcción sostenibles como el hempcrete.
Hempcrete es un hormigón bioagregado, donde las astillas de cáñamo se mezclan con un cemento de cal o de barro para crear un material de construcción duradero y ecológico. Hempcrete es liviano y no estructural, pero puede integrarse fácilmente a los sistemas tradicionales de construcción de edificios. Al igual que el hormigón tradicional, puede ser colado in situ o prefabricado en componentes de construcción, como bloques o paneles.
