TSI Máncora 2019: estudiantes construyen en los paisajes ocultos de la costa peruana

Se podría decir que hemos esperado la caída del sol para reavivar la calidez de esta experiencia –y así mimetizar la nostalgia con el recién llegado otoño–.

El fin del verano ha llegado en el hemisferio sur occidental, y entre las tantas buenas nuevas lecciones que nos deja cada clima, por estos lares en uno de los lugares más cálidos del Perú, el TSI 2019 dejó huellas y obras que tarde o temprano estaríamos listos de revelar. Todos o la mayoría de quienes participaron aquí ya se encuentran de vuelta a la rutina de clases o trabajo, y al final de la estación este es un lugar al cual volver.

Fueron días intensos del 12 al 16 de Febrero. La Organización Peruana de Estudiantes de Arquitectura – Seccional Piura (parte de la red nacional OPEA) junto con la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Piura, convocaron a esta primera versión del Taller Social Internacional (TSI) Máncora en Piura. Se logró integrar a más de 200 participantes nacionales e internacionales; principalmente de Ecuador, Guatemala, Venezuela y Perú. Liderando los talleres estuvieron de Táctico, Natura Futura, Frontera Sur, Futuro Piura y MiMalki. El tema objetivo fue la Intervención costera de tres pequeños proyectos estudiando las fases necesarias para la construcción de una estructura modular de bambú con el fin de generar impacto social y preservación natural.

La población turística de Máncora, conocida por sus clásicas playas de arena y grandes olas, está ubicada al norte costero peruano en la región de Piura; contextualizando, pues aún están los rezagos, cabe recordar que en el 2017 esta región fue devastada por el fenómeno del niño, ya que a causa del cambio climático hubieron inundaciones y desbordes que se llevaron varias construcciones. Por eso valoramos como punto de partida esta intención de reconstruir el macro-paisaje a través de micro-intervenciones quirúrgicas de arquitectura que puede reivindicar un lugar y cuidar el medio ambiente.

© Delia Esperanza

Que el mundo se entere que Máncora no es sólo mar. Lo que imaginamos al principio como estructuras de bambú en relación al mar y la arena, fue todo más allá de la costa, involucrando otras capas; los tres proyectos estaban sumergidos al interior, entre lagos, pantanos, aguas termales, ríos, quebradas y bosques secos; evidenciando diversidad de paisajes, micro-climas y hábitats. “No es solo mar, sino tablazo (cerro), lomas, desierto”, cuenta airoso un viejo caminante. La diferencia del bosque seco con el mar es solo la altura, hay muchos paisajes en pocos metros de distancia: en medio de, oculto, atravesando...A pesar de sus maravillas, quizá debido a su distancia, no son muy conocidos ni frecuentados. Los paisajes desconocidos de Máncora han sido redescubiertos con las obras de estos estudiantes y arquitectos.

© Delia Esperanza

Impresiona y es hasta temerario el tiempo perfecto y lugar preciso que recibe a cada uno de estos tres micro-proyectos (más adelante se corrobora este detalle). Intervenciones tan ligadas al paisaje y territorio no pueden explicarse desprendiéndose del clima, del camino, de la naturaleza. Sin narrar detenidamente el contexto, la historia no estaba completa ni había terminado. En estos talleres sociales, donde el proyecto final es una maravilla, el proceso lo es aún más. Aquí proponemos una lectura que se detiene en las estaciones del camino para apreciar, reflexionar, y seguir con perspectivas cambiantes.

© Delia Esperanza

1° PARADA: Campus en PIURA
Lluvia de Ideas

En el marco del taller, el primer día de la semana se realizó el ciclo de conferencias "El Cambio de Paradigmas Arquitectónicos en América Latina", con expositores de diversas partes de América Latina; donde los talleristas y tutores junior expusieron sus ideas y fueron marcando el camino de este taller. Entre las ideas que más resonaron estuvo el aprovechamiento eficiente del espacio, recursos para maximizar el ahorro de energía, y sostenibilidad en los proyectos para reducir su impacto ambiental. Este primer encuentro fue en la Universidad de Piura, espacio rodeado de árboles algarrobos.

© Delia Esperanza
© Delia Esperanza

El inicio formal del taller fue el segundo día de la semana, donde cada quien con sus maletas llegaba al punto de partida en la sede de la Universidad Nacional de Piura, otro escenario en medio del bosque. Este fue el día teórico, de la lluvia de ideas, lineamientos de diseño y construcción de cada uno de los 3 grupos (TeamFly TeamEarth, TeamAqua) en diferentes aulas, dándose allí dos formas de trabajo. Por un lado, los talleristas dieron los lineamientos de diseño que habían pensado con anticipación y empezaron lanzando al ruedo de ideas para que los estudiantes complementen y continúen diseñando; fue gratificante ver cómo intervenían con observaciones lúcidas para la intervención y así sin darse cuenta estaban diseñando todos juntos y auto gestionándose para conseguir los materiales faltantes. Por otro lado, se observó otra dinámica donde los talleristas dieron estratégicas pautas y dejaron a los alumnos organizados en grupos para que diseñen según sus criterios; al final del taller cada grupo exponía su propuesta y el resultado del proyecto final sería la sumatoria de las mejores ideas.

© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
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Camino al mar

Al atardecer y anochecer de aquel segundo día, se comprueba en el camino en bus a Máncora que además de otros países de Latinoamérica, había muchos participantes de diferentes partes de casi todo el Perú. Dicen que llegar de noche a un lugar no es lo mejor, pues quizás sea cierto porque todo estaba oscuro y había lodo que atravesar camino al campamento ubicado cerca a la playa. Algunos fueron caminando, otros en moto taxi. Ya muchos estaban instalados cuando llegamos, y era difícil creer que estaban ya listos para empezar. No todo era extraño, esa fue la noche más estrellada de todas, las estrellas estaba solo a unos metros de distancia recibiéndonos. Y claro, entonces el amanecer es lo mejor, donde recién se descubre el paisaje a la luz del día.

© Delia Esperanza
© Delia Esperanza

2° PARADA: Campamento MÁNCORA
Trabajo de Campo

A lo largo de dos días intensos a media semana, manos a la obra en el campamento en medio de un clima de calor extremo. Ni bien amaneció, se iniciaron los trabajos: recoger el material, limpiarlo, seleccionarlo, preparar el bambú para su mejor desempeño. Todos juntos empezaron a construir en el mismo lugar para luego separarse; así los tres grupos localizaron sus áreas de trabajo bajo la sombra del árbol, bajo un toldo amarillo y bajo un toldo azul; respectivamente. A veces los trabajos se frenaban ante las lluvias del atardecer, guardando y cubriendo todos los avances. Procesos de barnizado, quemado, uniones, perforaciones, cortes, nudos y tejidos. El objetivo de esta etapa sería lograr las piezas de pre-armado para llevarlas listas al lugar de intervención.

© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza

Camino de traslado

Esta es quizás la mejor parte: el camino en su esplendor. Pues llevó horas y mundos llegar… travesías que duraron el fin de semana. Aquí es donde el camino se bifurca.

Mientras que para llegar a uno de los lugares se atraviesa una quebrada seguida por un largo bosque seco para llegar a una poza de barro oculta entre algarrobos y montañas. Idas de prolongada desconexión sin señal a lo largo de un día sin vuelta. En la noche es totalmente oscuro iluminado por las luciérnagas.La Poza de Barro es una piscina natural de alta temperatura con propiedades curativas, ubicado al sudeste de la población de Máncora a 30 minutos en moto taxi. El proyecto resultante allí fue el OBSERVATORIO.

© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza

Por otro lado se bordeaba la playa para llegar a un corte donde se iniciaba un estero, pantano y hábitat de aves. Fueron idas y vueltas para llevar los materiales y a los compañeros. El Estero, denominado así en varios contextos ecológicos y geográficos para designar condiciones de pantano generalmente en zonas planas con drenaje imperfecto. Los proyectos detonantes aquí fueron el NIDO al centro del lugar y más al borde de las aguas costeras, el ATRAPSUEÑOS.

© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza

3° PARADA: IN SITU
Emplazamiento y Detalles

No sólo fue trasladar las piezas, sino fue transformar algunos acabados para terminar de adaptarse a cada lugar. Esto revela la magia de cómo los cambios surgen en obra durante el emplazamiento y la construcción, “el valor de deconstruir para de vuelta construir”, como dirían los talleristas de la Poza aludiendo a una realidad cambiante y mirada múltiple.Esta parte crucial sucedió el fin de semana y terminaría siendo lo que mencionamos al inicio de este relato, una sincronía de cada proyecto: la poza a la misma medida, un monte de basamento preciso y el camino esperando un proyecto.

OBSERVATORIO DE LA POZA DE BARRO

“Es una intervención que reflexiona sobre como intervenir un paisaje sin afectar su poética y esencia. La ubicación del proyecto lo define la poza, buscando nuevas relaciones con el terreno y sus características físicas, convirtiéndose en un objeto complementario al lugar”.

Talleristas: José Fernando Gómez Marmolejo (Ecuador) NATURA FUTURA, Cristhian Bravo Astudillo (Ecuador) FRONTERA SUR. Tutores Junior: Nestor Emmanuel Mendoza Zambrano (Ecuador), Martín Paz Olaechea (Perú).

Cortesía de AQUA
© Delia Esperanza
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© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
Cortesía de AQUA
© Delia Esperanza

ATRAPASUEÑOS

“La idea fue generar una simbiosis entre el estero y el mar (…) Está basado en la generación de espacios virtualizados con módulos triangulares que permiten una mejor percepción y observación del paisaje”.

Talleristas: Stella Schroeder (Alemania) Urbanista en FUTUROPIURA, Jorge Enrique Villarroel Olivares (Chile) diseñador industrial en MIMALKI. Tutores Junior: Joel Antoni Villegas Cornejo (Perú), Cesar Alexander Cornejo Rojales (Perú).

Cortesía de FLY
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
Cortesía de FLY

NIDO EL ESTERO

“Se plantea entonces un acento, elemento articulador en virtud del cual se pone en relieve una visual, un sonido o una secuencia de ellos con mayor intensidad que las demás, un espacio de sombra y cobijo, un continente dentro de lo inconmensurable”.

Talleristas: Juan Pablo Astudillo Cordero (Ecuador) TÁCTICO, José Omar Guncay Montenegro (Ecuador) TÁCTICO. Tutores Junior: Kevin Guerrero (Venezuela), Eriberto Josue Caal Suc (Guatemala).

Cortesía de EARTH
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza

Hay una interesante experimentación del módulo en cada proyecto, donde se puede ver cómo según cada lugar y cada equipo, la unidad modular varía y puede dar un resultado muy distinto. Mientras que en el observatorio el módulo configura y se fragmenta girando o desplazándose; en el atrapasueños, el módulo se agrega y compone en base a la yuxtaposición de triángulos; en el nido, el módulo se repite integrándose de forma continua que se estira y adapta al espacio. La modulación logra multiplicar las posibilidades con la síntesis de elementos.

Camino de retorno

¿Cómo habrá sido el camino de retorno de cada uno de los participantes? ¿Qué reflexiones constructivas les quedaron mientras volvían? ¿Cuántas veces volvieron mentalmente a allí o mejor dicho cuánto de esta experiencia se quedó en su interior?

© Delia Esperanza

Este camino es invento personal. Los proyectos y paisajes transmitieron tanta poesía que no ha sido fácil dejarlos ir. Todos se fueron el domingo temprano, pero quien relata estas líneas se queda para habitar los lugares ya terminados. El día domingo fue la visita espontánea a los proyectos del estero, y el día lunes la visita premeditada como turista a las pozas de barro. Un envolvente lugar para atardecer en él o estar acobijado con las aves en el estero; otro testigo lugar para reflejarse en la poza de barro y descansar de ella en medio de un bosque de algarrobos que se puede presenciar desde el mirador; otro lugar de ensueño entre el mar y el estero que te coloca en pausa y posición angular con una nueva perspectiva para apreciar el mar. Todos planteamientos de posiciones y posturas frente al paisaje que sin la visión de arquitectos no se propondrían y completarían de esta manera. Y lo más importante es que las energías de todos se quedaron allí.

© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza
© Delia Esperanza

Parece efímero, sucede el taller, se habla del tema por esos días y luego se acaba; pero es todo lo contrario a eso, son memorables. Quizás los estudiantes participantes no sean conscientes de tamaña huella de intervención. Vuelven a casas satisfechos y algunos transformados, pero han de saber que estos proyectos cada vez más proliferados son un aporte único. Estar estudiando y poder construir proyectos aplicando conocimientos sólidos de arquitectura es un privilegio; la duración de ellos lo dictará la naturaleza, pero la memoria en el lugar es para siempre. No creo que el territorio se canse de esto, creo que como bien dicen los talleristas, dependerá de la rigurosidad constructiva del proceso y del aprendizaje; pues se trata de concientizar lo que están haciendo hasta la última tuerca.

© Delia Esperanza

Todos se vuelven maestros y aprendices. Los talleristas hacen una gran entrega para dejar no sólo sus enseñanzas con una obra física, sino una reflexión y por qué no una crítica.  También están los tutores junior quienes con sus experiencias en otros talleres ejercen un importante rol en el trabajo. A pesar de que siempre hay cosas que pueden mejorar, es de admirar que un grupo de estudiantes y recién egresados conciba un evento de esta magnitud, integrando fronteras.  Sabemos desde siempre que por el norte Perú limita con Ecuador, más no siempre recordamos que estamos tan cerca y que nos parecemos tanto; lo mismo sucede con las ciudades al interior del país, y con los países latinoamericanos. Los límites y las distancias desaparecieron esos días.

© Delia Esperanza

El mensaje sensible y sostenible “escuchad a la naturaleza; mirad, intercede con cautela” hace eco aquí. Lecciones de emplazamiento en el paisaje, cada uno lo hace de forma reflexiva aprovechando al máximo lo que la naturaleza les ofrece y repotenciando lo que hay. Una de las mejores cosas de este viaje fue observar y aprender a responder con arquitectura sutil que tiene presencia de dialogar con la naturaleza, enaltecer el medio ambiente y así promover a valorar y visitar estos sitios ocultos. Lo q nació con la premisa de “microcoasts”, con referencia internacional a pequeñas arquitecturas que mejoran la costa de España, se volvió una intervención muy local en Piura y en el camino le quedó chico el nombre; preferiríamos llamarle micropaisajes, pues desde su minuciosa construcción al detalle logra crear pequeños paisajes alternos a la visión del gran paisaje. Un paisaje así sin más tiene inherente el poder meditativo, puesta la arquitectura allí la reflexión se potencia o se concentra en algún enfoque particular.

© Delia Esperanza

Una intervención así obliga a regalarle un necesario silencio. Dejarla enraizarse, que el tiempo la cubra, que se bañe en unos cuantos atardeceres más, que se dore el bambú, que lo visiten algunas personas… no es justo volver y seguir con nuestras agitadas vidas, sin rendirle esa pasividad y memoria natural…pasado eso, respetado ese inexplicable silencio, aquí estamos, y gracias por el viaje.

© Delia Esperanza

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Agradecimiento especial a Marvin; a Jose, Cristhian, Juan Pablo, Omar, Stella, Jorge, Josué, Emmanuel; a Gershon, Ronaldo, Claudia, Paul, Carlos, Christian, Cinthia, Jhuleidy; a José Tomás, Nicolás, Fabián.

Organización:

Ronaldo Jesús Chirinos Cisneros, Gershon Bryan Saavedra Chira, Paul Velasco Arias, Manuel Jesús Chamba Yanayaco, Anyi Lucía Tandazo Quezada, Marvin Giomar Albines Poicon, Cinthia Lucía Márquez Gallardo, Anais Giovanna Andrade Jiménez, David Humberto García Saavedra, Enma Esperanza Valdiviezo Pingo, Emily Isabella Flores Ruiz, Christian Nino Huamaní Carrasco, Oliver Tom Sandoval Arévalo, Junior David Herna Paiva

Protocolo: Renata Cecilia Naranjo Sánchez, Kenya Silvestre Pío, Claudia Sofía Olea Ojeda, Richard Karl Albino Soto, Maryorith Susana Bolívar Quispe, Sugar Robinson Auza Paredes,Atoche Codarlupo Dayanna Michelle, Cristhian Alfredo Noe León, Diego Anthony Berrospi Tuesta, Károly Maricela Nole Medina, Moisés Francisco Gutierrez Montenegro, Edzon Rodríguez Peña, Walter Esneider Olaya Pingo

*Las siguientes publicaciones se ramifican en los tres proyectos de forma independiente donde conoceremos a detalle cada una de las experiencias y a los estudiantes participantes. 

Sobre este autor/a
Cita: Delia Bayona. "TSI Máncora 2019: estudiantes construyen en los paisajes ocultos de la costa peruana" 11 abr 2019. ArchDaily en Español. Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/912079/tsi-mancora-2019-estudiantes-construyen-en-los-paisajes-ocultos-de-la-costa-peruana> ISSN 0719-8914

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