Auroville: entre arcos, bóvedas y domos de ladrillo

Finalmente se concretó el viaje a la India, viajar con mi madre. No por visitar la India, sino por visitar a mi hermano que ya vive 7 años en el pueblo de Auroville. En estos años él nos ha ido contando cómo es Auroville, pero igual se había mantenido como algo lejano, surreal y fantasioso, pero al mismo tiempo, intrigante como lugar de experimentación donde talleres como los de "Con Lo Que Hay" que dictamos con ENSUSITIO Arquitectura suceden en toda las áreas imaginables, no solo la arquitectura.

Los meses antes del viaje la pregunta constante fue "¿Qué vas a visitar de la India?". A mi hermano. No hay itinerario más que el del vuelo de llegada y salida desde Chennai. "¿Qué va a pasar?" Lo que pase. Lo que nazca. Lo que haya. Y pasó que tuve la oportunidad de tomar un curso en el Earth Institute de Auroville, donde han intentando, según ellos, "vincular las tradiciones ancestrales y vernáculas de la construcción de la tierra cruda con la tecnología moderna de la tierra estabilizada".

© Cynthia Ayarza

No logré desconectarme de la oficina del todo, envié un correo electrónico contando mis aventuras el cual se vuelve público y termina llevándome a escribir sobre la experiencia en el curso “Construcción de arcos, bóvedas y domos: teoría y práctica”.

Y ahora se conjuga todo en palabras. El miedo de lo no aprendido, por aprender e interpretarlo.

La ciudad de la aurora

© Cynthia Ayarza

Hay treinta personas reunidas en un aula del Earth Institute de Auroville. Todos con el interés del trabajo con tierra, el idioma es la tierra. Probar algo nuevo y asentar conocimientos. Sentirnos útiles de alguna manera. Buscar coherencia con lo que hacemos en nuestras realidades.

Estamos en la India, pero podríamos estar en cualquier lugar del mundo. Sin embargo, ninguno es como Auroville, una comunidad que busca "alcanzar la unidad humana", donde hombres y mujeres de todo el mundo puedan vivir en paz, sin importar credos y banderas. Así lo ven ellos.

En febrero de 2018, Auroville o "Ciudad de la Aurora" cumplirá 50 años, fundada según las visiones de Mirra Alfassa, más conocida como "La Madre". El poblado se ubica al sur de la India, a 10 kilómetros de la ciudad de Puducherry, en un área que se desertificó debido a la masiva deforestación y hasta el día de hoy el principal esfuerzo está en el manejo de agua para su recuperación. Paralelamente se construyó El Matrimandir o "Templo de La Madre", el núcleo de la ciudad a partir del cual se desarrollan radialmente las zonas residenciales, culturales, industriales e internacionales. Todo es parte del plan maestro desarrollado por el arquitecto francés Roger Anger, siguiendo las indicaciones de "La Madre".

Ya son treinta años de existencia del Earth Institute en Auroville. Una trayectoria de intercambio de conocimientos, un laboratorio con estructuras construidas tanto en Auroville como en otras ciudades de India y África: residencias, el mismo edificio del instituto y el Centro del Visitante a Auroville, un complejo de estructuras, tiendas y cafeterías.

Recorriendo Auroville da para pensar que está estancado en el tiempo o se encuentran en cierto punto de conformidad, pero eso no es cierto. La investigación es constante: hay momentos que el desarrollo es interno y en otros se hace evidente más hacia el exterior.

¿El arco es estable o no?

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Las clases teóricas del curso nos dan un repaso de la gran variedad de obras a nivel mundial con tierra, arcos, bóvedas y domos, compartiendo sala con un grupo diverso de arquitectos, ingenieros, constructores, empresarios, jubilados y profesores universitarios. Todos provienen de varias regiones de la India, Jordania, Irán, Egipto, Franja de Gaza, estadounidenses con raíces en el Medio Oriente y hasta Ecuador, como yo. Todos tenemos nuestro idioma —español, inglés, persa, támil, francés, hindi, árabe y hebreo— pero tratamos de comunicarnos en el inglés más claro que podamos. Hay un par de malentendidos o supuestos entendidos pero al momento de ver la lógica de arcos, bóvedas y domos, la comunicación ya es más fluida. Con estas clases llegaremos a una base de conocimiento común. No hay por qué complicar nada. El arco funciona o no funciona, ¿pero es estable?

Lo principal es entender el funcionamiento del arco: si el arco es estable y seguro, quiere decir que la bóveda lo será. En este recorrido cada uno nos vemos identificados, siendo ya entendida la lógica de las estructuras y los alcances que estas pueden tener, además de las complejidades en impermeabilización, sonido, climatización, iluminación y detalles que dan un confort natural sin necesidad de equipos adicionales.

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No estamos aquí solo para recibir información, estamos aquí para compartirla: un dato curioso nació por parte de Roha de Irán, quien trabajó en tierra con bóvedas y domos en Medio Oriente. Son estructuras que han estado siempre presentes desde las clases de historia que he recibido en Quito, pero es increíble escuchar que en Irán no es parte de su malla de estudio y es en el Earth Institute donde logra comprender su patrimonio arquitectónico, ingenieril y artesanal.

Otros participantes del taller trabajan en organismos no gubernamentales, fundaciones y con tecnologías de código abierto y buscan formas rápidas seguras y económicas para construir. Mientras otros buscan opciones para desarrollar sistemas de construcción comercial masivo. Para todos hay un objetivo y el simple hecho de las redes que se van tejiendo entre todos, es un beneficio para todos nosotros.

Y el tema no siempre son arcos bóvedas y domos, sino entender la realidad local de cada uno de los participantes, los materiales disponibles y cómo adaptarlos, según la experiencia que hemos tenido en el Earth Institute y la de nuestros compañeros. La mayoría de los compañeros ya ha pasado dos semanas juntos, aprendiendo a fabricar bloques de tierra estabilizada con cemento.

Descalzo, sandalias y zapatos de caucho

© Cynthia Ayarza

Los momentos de mayor intercambio se convierten en el descanso para tomar té a media mañana, el almuerzo y el té de la tarde, donde compartimos nuestras experiencias individuales. La comida es siempre un buen pretexto para iniciar una conversación. Al medio día es el almuerzo comunal con típica comida del sur de la India, Thali. En una bandeja de acero inoxidable se sirve arroz y una tortilla para combinar con cuatro a seis diferentes acompañantes. El miedo de todos es si será demasiado picante, y hay de todo tipo de picor para la variedad de paladares. Los locales dicen que falta picor y para uno es demasiado, pero siempre está en el plato de yogurt que amaina cualquier ardor.

En la primera semana el curso se trabaja a partir de casos de estudio y ejercicios prácticos donde los fundamentos estructurales y diversos métodos de análisis para la estabilidad de arcos bóvedas y domos son abordados en clases magistrales. Con estos fundamentos, se realizan estudios gráficos de estabilidad de bóvedas y secciones de cúpula. Todo está sistematizado, simplificado y de fácil acceso. Son fórmulas a mano y softwares de uso sencillo, saltando entre Autocad, Excel y el dibujo a mano.

La segunda semana es práctica: un recuento breve de la semana de cálculos, junto a ejemplos prácticos, además de los principios de construcción aplicados ya en arcos, bóvedas y domos con y sin encofrados. Aplicamos la teoría: comenzamos literalmente aprendiendo a ponernos los zapatos. En India te acostumbras a estar descalzo dentro de casa y solo con sandalias al exterior. Después de tener varios sustos de bloques cayendo en los pies de compañeros, la mayoría tomamos precauciones y se pusieron sus sandalias, pero yo preferí mis zapatos de caucho.

Nuestras cabezas se mueven ya automáticamente de izquierda a derecha durante las conversaciones como lo hacen los locales, quiere decir todo y nada. Ni sí, ni no. Más como un movimiento inconsciente de estoy prestando atención. Los descansos para tomar el té son esenciales, por más calor que se sienta, una taza hirviendo de té sumamente endulzado es lo justo para recobrar energías, sea a media mañana o media tarde. Es una media hora donde toda la India parece paralizarse. Todos con su vaso de acero inoxidable y su líquido color café lechoso o, en su defecto, limonada con sal. La India es caliente, picante y dulce muy dulce.

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El curso comienza a las 8 de la mañana y finaliza a las 6 de la tarde, pero el tiempo vuela, sobre todo al momento de tratar de construir. Entrar en confianza con los materiales, la mezcla, la herramienta, los niveles de referencia y pulir las piezas al tamaño preciso. Se trata de un trabajo meticuloso y de paciencia y en el que si tratamos de correr, probablemente tengamos que repetir porque todo debe encajar para que sea una estructura segura. En un primer paso se armó un arco en equipos de entre tres y seis personas. Posteriormente se complementó el arco, generando una bóveda a partir de este y finalmente trabajamos en domos.

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Llegar al Earth Institute de Auroville fue constatar lo que cualquier puede rastrear en su página web. El deseo de compartir toda la información, el intercambio con personas de todo el mundo y con muchos enfoques, todos interesados en sistemas que permitan utilizar el material local, el conocimiento local y la mano de obra local, mientras se genera tecnología y técnica que la complemente y no la niegue.

Más de veinte años dictando cursos en Auroville hacen que esta experiencia fluya, abierta a consultas y experimentación. La eficiencia está presente en todo, son cursos intensivos pero que también producen momentos de conversación. El programa es muy dinámico, teoría y ejemplos con ejercicios que permiten aterrizar lo que has visto. Trabajar métodos tradicionales no implica olvidarnos de tecnología y técnica. La base del curso es el bloque prensado de tierra estabilizado con cemento, que ha desarrollado el instituto con miles de aplicaciones. De hecho, han generado una máquina semi industrial que puede ser operada por dos personas.

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Desde la raíz el personal es muy diverso: tutores argelino-franceses, indios y estadounidenses comparten junto a voluntarios de todo el mundo. De la misma manera los que cursamos procedemos de diferentes lugares pero con un común interés: buscar materiales locales, optimizarlos y lograr construir estructuras seguras y confortables para distintos climas, latitudes sin que esto implique un gran impacto al medioambiente, y que sean eficientes.

Entender la tierra que tenemos a mano es la base. En este caso a partir de la tierra auroviliana, un anaranjado intenso que te penetra la piel y que se incrusta en la vestimenta. Y que sigue presente ya a más de un mes de haber dejado la India.


Cynthia Ayarza es integrante de la oficina ecuatoriana ENSUSITIO Arquitectura.

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Sobre este autor/a
Cita: Cynthia Ayarza. "Auroville: entre arcos, bóvedas y domos de ladrillo" 20 dic 2017. ArchDaily en Español. Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/884838/auroville-entre-arcos-bovedas-y-domos-de-ladrillo> ISSN 0719-8914

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