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Arquitectos: Sem Muros Arquitetura Integrada
- Área: 175 m²
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Fotografias:Paula Monroy, Emilio Echevarría

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Este proyecto es parte del programa "Una Escuela Sustentable" de la ONG Tagma, integrando la red de edificios educativos públicos y sustentables en diversos países de América Latina. A través de una convocatoria abierta y de algunas visitas, la elegida en Brasil fue la Escuela Municipal Rural Nuestra Señora de la Concepción, escuela pública de enseñanza primaria, en Mogi das Cruzes, São Paulo. Ocupando un edificio de la década de 1950, contaba con solo dos aulas, baños cuyo desagüe se dirigía al arroyo al lado, y despachos y salas de profesores improvisadas en pequeños espacios, al mismo tiempo con un gran espacio de césped y un hermoso paisaje circundante.

El proyecto de reforma y extensión fue diseñado a partir de un proceso participativo realizado con estudiantes, empleados y familiares, a través de dinámicas específicas para cada grupo, partiendo de una cuestión central: ¿qué imaginas para esta escuela?

Como resultado de la sistematización de estas actividades se llega al programa del proyecto, orientado por tres ejes: el bajo impacto ambiental; la construcción en formato de curso teórico-práctico; y el plazo de obra de 45 días. Así, al extender el área cubierta de la escuela se gana un aula con cerramiento en wood frame para el primer grado y más área de patio cubierto para usos en días de lluvia y mucho sol; se aprovecha el área donde estaba la sala de dirección (debajo del tanque de agua) para dos baños (uno accesible y otro para empleados, con sus aguas grises (lavabo y ducha) destinadas a un círculo de bananeras, y sus aguas negras (inodoros), sumadas a las de los baños existentes y de la cocina, destinadas a una estación de tratamiento ecológico; y, anexas a este espacio, también en wood frame, se crean las salas de maestras y directores, cubiertas por un techo verde.


El salón multiuso, espacio muy deseado por los niños para las clases de música, danza, computación y lectura, es un dodecaedro, generando un espacio interno libre. Cada radial de este polígono contiene una pared estructural de tapia -tierra compactada- que recibe la trabe de madera del techo, compuesta por piezas de secciones pequeñas -fáciles de manejar-. Las doce trabe se unen en un anillo central con apertura cenital, reforzando el carácter lúdico del espacio.

El cerramiento entre las paredes de tapia es el propio mobiliario del espacio, optimizando el formato de la construcción y actuando como elemento recreativo donde ventanas también son puertas, bancos están a veces para adentro y a veces para afuera, conectándose con el paisaje.

En este proyecto se involucraron constructores, comunidad escolar, poder público, niños, arquitectos, estudiantes, entre otros, dentro de un proceso con enfoque interdisciplinario y colectivo, donde el diseño participativo se extiende y cobra forma durante la obra con soluciones creadas a partir de los recursos disponibles allí. Tenemos mobiliario construido con sobras de madera de la obra; relleno del wood frame con paja seca de la granja vecina, entre otros ejemplos que solo pueden surgir en el transcurso de la obra, y que agregan fuerza y significado al espacio, creando una arquitectura que responde a las necesidades reales de las personas y del lugar.
