Urbanplay entiende la importancia de potenciar los espacios recreacionales de la ciudad con propuestas que sean cada vez más sustentables y seguras, no solamente para los niños sino también para la naturaleza. El juego “natural” es relativamente un nuevo concepto de diseño que consiste en acercar a los niños a la naturaleza. En los últimos 20 años Urbanplay ha entregado soluciones que convierten los juegos en elementos orgánicos capaces de generar un ambiente que invita a los niños a interactuar libremente con su entorno, obteniendo beneficios sensoriales, físicos, cognitivos y socioemocionales, sin intervenir directamente el ecosistema, sino adaptándose a él.
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Parquemet requería el desarrollo de un nuevo proyecto recreacional que respondiera a la necesidad de atraer un mayor número de visitantes al sector Los Canelos en el Cerro San Cristóbal en Santiago de Chile, donde el enfoque era incorporar elementos de juego innovadores y atractivos, que interactúen con el entorno natural, generando el menor impacto posible.
El emplazamiento presenta el desafío más grande del proyecto debido a ser un terreno de difícil acceso, con pendiente pronunciada, diferencias de altura, junto con elementos como árboles, señalética, bicicletero, basureros, pavimentos, soleras entre otros.
Tras la asignación del proyecto, Urbanplay realiza el diseño de un circuito personalizado de juegos infantiles temáticos, los cuales están fabricados a partir de madera Robinia orgánica de origen Danés marca Kompan. El material fue seleccionado por su alto contenido de preservantes naturales (lo que hace innecesario cualquier tipo de tratamiento químico), su alta densidad la hace sumamente duradera y resistente a astillarse, y es efectiva bajo todo tipo de condiciones climáticas, cumpliendo con la iniciativa de sustentabilidad y sostenibilidad impulsadas tanto por Urbanplay como por Parquemet.
La selección de equipamiento elegido para el proyecto consiste en una amplia gama de estructuras de juego en diferentes formatos cuya apariencia va más allá de lo convencional, al ofrecer elementos de juego temático, imaginativo y desafiante que al mismo tiempo, debido a su estética natural se adaptan de manera fluida con el entorno en el que se encuentran emplazados.
Desde el gran barco pirata de madera Robinia con redes y muros de escalada a su alrededor, se incorporan además distintos accesorios emocionantes como toboganes y un amplio puente colgante que conecta con la ladera del cerro.
Continuando el recorrido por la pendiente natural propia del terreno, se encuentra emplazado un gran Castillo que ofrece una amplia variedad de actividades como la escalada, el juego temático, la interacción social y estímulos sensoriales.
El circuito continúa extendiéndose por casi 50 metros hacia la base de la ladera a través de una serie de puentes, torres y segmentos de obstáculos que incorporan columpios y una gran pirámide de escalada en el centro del emplazamiento.
Como complemento de seguridad el circuito incorpora la instalación de 250 m2 de piso continuo de caucho con diseño a medida.
Proceso de instalación
Sobre el proyecto
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